La luna, ¿tiene algo que ver con el desarrollo de las plantas? ¿Deberíamos guiar los trabajos del jardín y del huerto según el ciclo lunar? Desafortunadamente, no hay una respuesta clara.
¿De qué manera podría la luna afectar al crecimiento vegetal? Se habla principalmente de dos tipos de influencia:
La primera sería la atracción gravitacional, la fuerza que mueve las mareas; en teoría, afectaría de modo similar a la savia de las plantas, moviéndola cíclicamente de arriba a abajo y estimulando alternativamente la parte aérea y las raíces.
El segundo tipo de influencia sería la luz que refleja la luna. Quienes sostienen esta teoría afirman que las plantas son sensibles a esa iluminación por lo que tendrían mayor actividad en las fases más cercanas al plenilunio.
Existen numerosas recomendaciones basadas en el calendario lunar que se pueden usar como referencia, sin olvidar que en ningún caso constituyen verdades absolutas y que habrá que contrastarlas con la práctica real. Un buen consejo sería hacer el experimento de plantar una misma especie en el momento adecuado del ciclo y en otro menos propicio y sacar nuestras propias conclusiones.
La influencia de la luna, por más real que sea, no invalida otras muchas variables que pueden ser tan importantes o más, como la temperatura, humedad, calidad del suelo, orientación, vientos, época del año... etc. En definitiva, tal vez sería bueno entender el ciclo lunar como un factor más a contemplar en la enriquecedora tarea de cultivar nuestras plantas.
SINTONIZA TU HUERTO CON EL CICLO LUNAR
Aquí tienes algunos de los consejos más extendidos:
* Sembrar -> Durante el ciclo creciente de la luna se recomienda sobre todo la siembra de verduras de las que se consume la parte aérea (hojas; frutos). Se considera que, en este lapso, las plantas dirigen su crecimiento hacia arriba. Por contra, las hortalizas que se cultivan por sus raíces (zanahorias, remolachas, etc.) deberían sembrarse/plantarse y recogerse en fase menguante, por entenderse en este periodo las plantas orientan más su crecimiento hacia la raíz. En la misma línea existe la costumbre de plantar bulbos, incluidos los ajos, en luna decreciente. Lo mismo ocurre con las plantas vivaces o bianuales, que aunque no se cultiven por su raíz, sí les conviene tener un sistema radicular bien desarrollado que les permita rebrotar con vigor tras el invierno.
* Plantar -> El periodo inmediatamente anterior a la luna llena se considera particularmente húmedo en el sustrato, por lo que sería el más adecuado par a plantar y sembrar en tiempos de escasez de agua. Por eso mismo, si el terreno tiende a encharcarse no se recomienda el labreo.
* Podar -> Debe hacerse en luna menguante para evitar el sangrado.
* Esquejar -> Los esquejes se suelen obtener cuando la luna está decreciendo. La explicación es que, al haber menos agua en los tejidos, las hormonas responsables de la aparición de nuevas raíces se encuentran más concentradas, lo que favorecerá el éxito de esta técnica.
* Injertar -> Los injertos de frutales se suelen llevar a cabo cuando la luna está creciendo, ya que, al estar más activa la savia, la fusión de las dos ramas se producirá más rápidamente.
* Abonar -> Según el calendario lunar, el abonado debe efectuarse durante la fase creciente porque entonces las plantas absorberán mejor y más rápido los nutrientes.
* Cosechar -> Muchos prefieren realizar las cosechas cuando la luna está menguando en la convicción de que así los frutos tendrán menos líquido y resistirán más y mejor el almacenamiento.
Y vosotros, ¿os guiáis con las fases de la luna para sembrar?